lunes, 31 de diciembre de 2012

¿NOS CONOCEMOS?

Aunque estaba ahí no guardo ningún recuerdo del momento en que naciste.
Se como siente tu piel las caricias humanas y también las de la brisa del mar y como tu alegría danza al compás de toda esa ternura.
Escucho a diario el gemido de tu corazón que recuerda cada golpe y cada herida, incluso las que borró el tiempo o cicatrizó el perdón.
Pero no estoy segura de que nos hayan presentado. ¿Nos conocemos?

Tu piensas, sientes, hablas y actuas y yo te observo, atentamente.
Se me escapan muy pocas cosas de ti pues registro todo lo tuyo en albumes, en diarios,... 
Releo tus escritos y revisito tus recuerdos, pero no estoy segura de comprender tus movimientos, ni siquiera tus gestos más simples están bajo mi control.
¿Nos conocemos?

Oigo las voces que te nombran, miro a los ojos de quienes te miran, veo los brazos que te abrazan, los pies que guían algún trecho de tu camino.... 
...pero no se a quienes está unido tu destino, ni si compartes tu vida o eres un saco lleno de soledades.

Supongo que, como todo el mundo, te irás algún día... supongo que estaré ahí cercana y distante, igual y distinta, amiga y enemiga,...
Supongo que seguiré preguntándote ¿nos conocemos?
Y tu no sabrás qué responder.


lunes, 26 de noviembre de 2012

UNA NUEVA LUZ

A oscuras todavía se intuía la calidez de una nueva luz

en lo escondido, en lo incierto, en lo débil,

en lo pequeño, en quien no grita, en la voz trémula,

en el aliento sutil de los suspiros, en quien constantemente se equivoca,

en los espejismos, en lo que jamás me podré explicar,

en las miradas que se enraizan en la memoria de los siglos,

casi en la nada...


Todo aquello apestaba a olvido

y a los resentimientos que parieron ciertas desconfianzas.


Aún así, la risa, hermana menor de la alegría, jugueteaba conmigo,

seductora, cosquilleándome en la boca con su gran pluma roja.

Traviesa se empeñaba en que abriera todas las puertas,

en que me dejara llevar por la brisa de la mañana

y por su luz frágil, recién estrenada.